manuel minch

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Cargo

Proyecto de investigación

2022

Cargo


Manuel Minch (Santander, 1993) plantea la exposición Cargo como un conjunto de traducciones materiales de las huellas que pueden aparecer en distintos procesos de tránsito. La exposición se compone a través de marcas y códigos que identifican a distintos contextos sociales en los espacios, en las infraestructuras y en las redes de desplazamiento logístico e industrial de las mercancías.

Las huellas que dejan un registro de la presencia humana en los entramados del transporte de mercancías hablan de contextos de subalternidad de los sectores trabajadores dentro de la máquina capitalista, fundamentalmente dentro del esquema de deslocalización que constituye el sistema de producción y venta en las nuevas estructuras de mercado. Esos contextos de vulnerabilización de la clase trabajadora se han traducido en procesos de aceleración y hegemonización de conductas morales que precarizan a otros sectores laborales instituidos como réplicas del entramado del transporte. Es el caso de la uberificación del sector servicios, de la fragilidad del sector cultural global o de la patologización de la ansiedad y del estrés laboral.

Minch ofrece una lectura genealógica de las huellas en los desplazamientos mercantiles mediante una historia que conecta la eclosión de prácticas culturales en las líneas ferroviarias desde el siglo XIX con las aproximaciones contemporáneas que se producen en los mismos contextos. Minch apela a la cultura hobo (como un conjunto de códigos, lenguajes y éticas específicos del vagabundaje de trabajadores itinerantes a partir de la Gran Depresión norteamericana) y a los códigos de reconocimiento de los monikers (firmas y logotipos de presencia autorreferencial en los vagones de mercancías de líneas ferroviarias). De igual manera, Minch hace referencia a las tentativas que buscan evidenciar una marca narrativa en los espacios de desplazamiento, como el graffiti en trenes o los tags en los espacios urbanos, parte de la cultura social y popular desde finales de los setenta con foco en los barrios marginalizados de las grandes urbes.

La exposición que el artista santanderino plantea en la Galería Juan Silió atiende a las huellas que dejan los sujetos al transitar, no solo como marcas alegóricas de la identidad propia, sino como contingencias cronológicas, como unas huellas que evidencian el contacto de lo social en un mismo espacio, pero en tiempos distintos. De manera paralela, Minch, que también atiende a cómo el espacio globalizado se torna quimérico, propone formas de subversión de los mismos modelos que analiza. Por ejemplo, la pieza Moniker (2021), que podemos atender en sala, se compone procesualmente en una imagen subordinada al flujo del mercado global. Para lograrlo, cada una de las partes que componen la instalación está destinada a ser adherida a distintos contenedores de mercancías, entrando así en el flujo de comercio y provocando una deformación de la propia imagen en función de las rutas de transporte mundiales. De esta forma se compone una imagen que abarca el máximo territorio posible, mientras que a su avance propone un mecanismo de distribución contracultural que se aprovecha de los propios recursos estipulados por las dinámicas logísticas del transporte.

Manuel Minch vuelve materia pesada las distintas tensiones que se producen en la superestructura del mercado capitalista y remarca la evidencia de un orden social que se genera en contextos específicos y replicándose a lo largo del tiempo. Su propuesta es plenamente lógica, lo cual tiende a revelar nuestro contacto constante con las problemáticas que evidencia de forma descriptiva en su obra. La traducción es certera, llegando a proponer mecanismos de contra-activación como parte de su investigación y ofreciendo un análisis situado de las experiencias vividas que hay detrás de las huellas gráficas y simbólicas que aparecen en las piezas que componen esta exposición.

Texto: Álvaro Porras Soriano
Fotografías de sala por Roberto Ruiz.
Galería Juan Silió.

Cargo


Manuel Minch conceives the exhibition Cargo as a group of material translations of the traces that can appear in the different processes of transit. The exhibition is formed by various marks and codes that identify different social contexts in the spaces, infrastructures and the networks of logistics and industrial displacement of goods.

These traces leave a record of human presence in the networks of goods transport, referring to contexts of subalternity of the working sectors within the capitalist machine, mainly within the scheme of delocalization that constitutes the system of production and sale in the new market structures. These contexts of vulnerabilization of the working class have been translated into processes of acceleration and hegemonization of moral behaviors that undermine other labor sectors instituted as replicas of the transport network. This is the case of the uberification of the service sector, the fragility of the global cultural sector or the pathologization of anxiety and work stress.

Minch offers a genealogical reading of traces in mercantile displacements through history. This connects the appearance of cultural practices on the railroad lines since the nineteenth century to contemporary approaches produced in the same contexts. Minch appeals to hobo culture (as a set of codes, languages and ethics specific to the vagabondage of itinerant workers since the Great Depression in the USA) and to the recognition codes of the monikers (signatures and logos of self-referential presence on the freight cars of railway lines). Similarly, the artist refers to the attempts that seek to evidence a narrative mark in the spaces of displacement, such as graffiti on trains or tags in urban spaces- both part of the social and popular culture since the late seventies with a focus on the marginalized neighborhoods of large cities.

The exhibition presented by the artist from Santander at Juan Silió Gallery focuses on the traces that humans leave behind when transiting. Not only as allegorical marks of their own identity, but also as chronological contingencies, as traces that highlight the contact of social in the same space, but in different times. – Simultaneously, Minch, who is also attentive to how globalized space becomes chimerical, proposes forms of subversion of the same models he analyzes. For example, the piece Moniker (2021), which can be seen in the gallery, is processually composed of an image subordinated to the flow of the global market. To achieve this, each of the parts that form the installation is intended to be attached to different containers of goods, entering into the flow of trade and causing a deformation of the image itself according to global transport routes. In this way the composed image encompasses the maximum possible territory, while in its advance it proposes a countercultural distribution mechanism that takes advantage of the very resources stipulated by the logistical dynamics of transportation.

Manuel Minch transforms on heavy matter the tensions that occur in the superstructure of the capitalist market, highlighting the evidence of a social order that is generated in specific contexts and replicated over time. His proposal is fully logical, tending to reveal our constant contact with the problematic issues portrayed descriptively in his work. The translation is accurate, coming to propose counter-activation mechanisms as part of his research and offering a situated analysis of the lived experiences behind the graphic and symbolic traces that appear in the pieces that make up this exhibition.

Text: Álvaro Porras Soriano
Photographs by Roberto Ruiz.
Juan Silió Gallery.